20 jun 2011

Estíbaliz Carranza



La hispanomexicana enfrenta una pena de hasta cadena perpetua, por presunto homicidio de su ex marido y un ex novio

Goidsargi Estíbaliz Carranza Zabala, la joven hispanomexicana acusada de haber asesinado a tiros y descuartizado a su ex marido y a un ex novio en Viena, la capital de Austria, y que se enfrenta a una pena que oscila entre 20 años de prisión y cadena perpetua, está “tranquila aunque muy deprimida”.

Así lo reconoció en entrevista con EL UNIVERSAL la cónsul de México en Italia, Rita Vargas, quien se desplazó el miércoles a la cárcel femenina de Trieste, al norte de Italia, para ofrecerle protección y asistencia consular, tal y como establece la ley.

Vargas relató que el encuentro con Estíbaliz duró unos 30 minutos y que la joven en términos generales “tenía buen aspecto”, aunque le reconoció estar muy deprimida. La diplomática mexicana contó que la reunión se llevó a cabo en una oficina especial y que Carranza llevaba un jersey blanco y rosa. Sobre su embarazo, tiene dos meses, comentó que “no se le nota”.

Carranza, que tiene la doble nacionalidad mexicana y española, prefirió acogerse a la jurisdicción española puesto que está en territorio europeo. Por eso, es la embajada española en Italia la que se está haciendo cargo de ella. Emilio Fernández Castaño, cónsul de España en Roma, confirmó que se han puesto en contacto con ella, pero que no necesita ayuda consular. La detenida ya tiene un abogado austriaco, otro italiano y otro alemán.

Estíbaliz Carranza, de 32 años, hija de un escritor mexicano de temas esotéricos y de madre alavesa, tenía una heladería a las afueras de Viena.

Un día unos obreros que realizaban obras de albañilería en una peluquería colindante con su heladería entraron en el sótano de ésta para acceder al desagüe del edificio.

Allí encontraron los restos de dos cadáveres descuartizados metidos en dos heladeras cubiertas de cemento, dos rifles con mira telescópica, una bolsa de mujer con una pistola y una libreta con anotaciones en castellano.

Al día siguiente, cuando Estíbaliz fue a su negocio y uno de los clientes le contó el hallazgo y le dijo que la policía estaba investigando, la joven huyó en taxi desde Viena hasta un hotel de un pueblo del noreste de Italia, Cavazzo Carnico. De allí fue en tren hasta Udine, donde la albergó un músico callejero que conocía. Pero el músico, al ver que ella buscaba páginas en internet sobre los dos cuerpos descuartizados, avisó a la policía, que ya había emitido una orden de detención con fines de extradición por “sospechosa de asesinato”.

Finalmente Carranza fue detenida y, según la policía, durante el interrogatorio justificó sus actos por las “relaciones difíciles” con ambos hombres, que le causaban “accesos de furia”.

Dijo que actuó motivada por “problemas familiares”, ya que había sufrido maltratos físicos y psicológicos por parte de las víctimas.

La semana pasada, el ministerio de Justicia austriaco envió la solicitud de extradición y es posible que Estíbaliz Carranza sea extraditada en las próximas horas.

La vista se celebrará hoy en Viena, pero sus abogados, Arthur Machac y Heinz-Dietmar Schimanko, ya han anunciado que declararán ilegal las confesión de su cliente, porque se hizo sin la presencia de un abogado, y que actuarán judicialmente contra varios medios de comunicación austriacos por el trato que han dado al caso, así como por haber condenado de antemano a la detenida, a la que llaman La baronesa de hielo y La bruja de la muerte.

“Los derechos de nuestra cliente están siendo gravemente violados”, lamentaron Machac y Schimanko ante los medios en la capital austriaca.

“Hay una cacería de brujas sin igual y se la llama Lady Asesina y se dice que entierra en cemento a sus amantes cuando apenas han comenzado las investigaciones policiales”. Los letrados reconocieron que la sentencia podría oscilar en entre 20 años y cadena perpetua, aunque sólo cumpliría 15, ya que ésa es la pena máxima en Austria.

La madre de Estíbaliz Carranza ha viajado a Trieste y pudo visitar a su hija, pero al novio de la joven no se le permitió la entrada.

Por su parte, el padre de Estíbaliz, mexicano de 71 años, sicólogo, periodista y escritor desde hace más de cuatro décadas, viajará dentro de unos días junto con uno de los hijos.

Ambos padres residen en España, donde la joven vivió desde que con cinco años abandonó México y hasta hace seis en que se trasladó a Viena.

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