14 oct 2012

Natasha Cornett




Natasha vivía en una pequeña ciudad carbonera llamada Pikeville, en el condado de Kentucky, Estados Unidos. 

Era una joven como muchas, tenía novio, amigos, amigas, asistía a la escuela, le gustaba la música gótica, punk, la moda dark, el vampirismo, el ocultismo, la brujería, como a tantos adolescentes en todo el mundo. 

Tiene trastorno bipolar, pero cuando fue diagnosticada como "peligrosamente perturbada", el sistema de salud le negó tratamiento porque su familia no tenía seguro social. Natasha decía ser "hija de Satanás". 

El 6 de abril de 1997, Natasha, junto con dos amigas y tres amigos, entre ellos su novio, cansados de ser llamados "freaks", hostigados e incomprendidos por sus compañeros de escuela, maestros y padres, se montaron en el auto (tomado sin permiso) de la familia de uno de ellos y decidieron huir del pueblo que no los quería. 

Llevaban dinero que tomaron (sin permiso) a sus padres y dos pistolas tomadas (sin permiso) de sus casas. Cuando iban camino a Nueva Orleans se detuvieron en una cafetería para comer y ahí se encontraron con una familia de Testigos de Jeová. 

El padre de familia se acercó a Natasha y le preguntó "¿Crees en Dios?", ella contestó que no, "¿por qué no?, le cuestionó Vidar Lillelid, y Natasha le dijo algo así como "porque jamás ha escuchado mis plegarias". 

Al salir del café, la pandilla de Natasha secuestró a la familia integrada por el padre Vidar, la madre Delfina, Tabitha, de seis años, y Peter, de dos, los condujeron a un paraje solitario y les dispararon hasta que se les acabaron las balas. 

El pequeño Peter sobrevivió al ataque, pero quedó ciego por la bala que le destrozó los ojos. Natasha y sus amigos subieron a la camioneta Van de los Lillelid y condujeron a través de Arizona con la intención de llegar a México, pero fueron detenidos antes de llegar a la frontera. Natasha y sus cómplices fueron sentenciados a prisión de por vida. 

Ella actualmente está recluida en la Tennessee Prison for Women y tiene 28 años. La foto es de una entrevista que le concedió a la directora del documental "Six", sobre los crímenes de Pikeville. El uniforme azul era el carcelario reglamentario de la época.

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