25 mar 2016

Sabine Hilschenz

Condenan a 15 años a la mujer alemana que mató a nueve de sus trece hijos
Diariovasco.com

2 de junio de 2006

Ocultaba los embarazos, daba a luz en secreto y los bebés fallecían poco después de nacer por congelación.
La Audiencia Provincial de Fráncfort del Oder (este de Alemania ) condenó ayer a 15 años de cárcel por homicidio a Sabine Hilschenz, una alemana de 40 años acusada de haber asesinado a nueve de sus trece hijos recién nacidos y ocultado sus cadáveres durante años. El caso de Sabine H. ha conmocionado a la opinión pública alemana, que sigue preguntándose por los motivos de la infanticida que mató a sus nueve bebés poco después de dar a luz sin que ni sus familiares ni sus vecinos se percataran de ello.

El juez consideró probada la culpabilidad de Sabine Hilschenz en ocho de los casos. La infanticida no fue juzgada por uno de los casos por haber prescrito antes de que empezara el juicio. Durante el juicio quedó claro que los niños nacieron vivos, aunque no se pudo demostrar fehacientemente que la madre había provocado activamente su muerte.

El juez aseguró que Sabine H. no actuó conforme a su deber de madre, pues no evitó la muerte de los bebés, que fallecieron por congelación. Para argumentar su sentencia, la justicia se basa en las confesiones que hizo Sabine Hilschenz tras ser detenida, ya que durante la vista la condenada se negó a declarar.

Teniendo en cuenta la gravedad de los hechos, la fiscalía había pedido cadena perpetua por ocho asesinatos, mientras que la defensa había solicitado tres años y medio de cárcel por homicidio. Finalmente, el juez decidió condenar a la acusada a 15 años de cárcel por homicidio y no por asesinato como reclamaba la fiscalía.

Por su parte, la defensa no se mostró conforme con el veredicto y a recurrirá la sentencia.

Enterró a los bebés

La fiscal sostuvo que Sabine Hilschenz decidió ya matar a los nueve bebés cuando estaba embarazada. Para ello seguía el mismo esquema: la infanticida se emborrachaba cuando empezaban los dolores del parto, daba a luz en secreto, envolvía a los recién nacidos en toallas y cuando estaba segura de que estaban muertos, los metía en bolsas de plástico y los enterraba en el balcón en maceteros, donde cultivaba tomates y hierbas. En uno de los casos, la acusada congeló durante un año el cadáver de un recién nacido y luego lo enterró.
Los análisis genéticos de los restos de las siete niñas y dos niños, descubiertos en julio de 2005 en la localidad de Brieskov-Finkenheerdel (este alemán), han determinado que eran hijos de la acusada y de su ex marido, Oliver H. Los forenses calculan que los nacimientos de los pequeños ocurrieron entre 1992 y 1998.
El ex marido, de 40 años, y los hijos mayores de la pareja afirman que nunca supieron de la existencia de aquellos embarazos.

El macabro caso, que permaneció oculto durante trece años, después del nacimiento y la muerte del primero de los bebés, salió a la luz tras recibir la Policía la llamada de un testigo que sostenía haber encontrado, mientras limpiaba un garaje, algo que podía ser huesos de un niño. La Policía halló esqueletos de bebés en el interior de un acuario y en macetas de flores, que durante mucho tiempo estuvieron en el balcón de la casa de Sabine Hilschenz.

Según el cuadro psicológico establecido por expertos, la acusada tiene un elevado coeficiente de inteligencia y creció muy mimada y protegida en el seno de una gran familia en el campo, junto con hermanos mayores, primos y otros familiares.


El caso de Sabine Hilschenz destaca, junto al de Armin Meiwes, el llamado caníbal de Rotemburgo, entre los más escabrosos de la historia criminal de Alemania. Sin embargo, existen antecedentes en otros países. En junio de 2005, una austríaca de 32 años confesó haber asesinado a cuatro bebés y haberlos congelado o enterrado en cemento y en junio de 1999, una estadounidense de 70 años admitió haber asesinado a ocho de sus diez hijos, entre 1949 y 1968.

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