30 ene 2018

Christine Malèvre




París 1 FEB 2003
Christine Malèvre, de 33 años, enfermera, fue condenada ayer a 10 años de cárcel, tras ser declarada culpable de seis asesinatos de pacientes por el jurado. Malèvre, que trabajaba en el hospital de Mantes-la-Jolie, admitió en 1998 haber "acelerado" la muerte de varios enfermos terminales. En los interrogatorios llegó a autoinculparse de 30 "eutanasias", y alegó haber actuado siempre con aquiescencia del enfermo o para evitarle dolores.

Ante el jurado, en la Audiencia Provincial de Yvelines, Christine Malèvre sólo reconoció haber dado muerte a dos personas, pero aceptó que en otros dos casos, por error en las dosis de medicamento, pudo haber contribuido a la muerte súbita del enfermo. La acusación le reprochaba siete asesinatos, pero el jurado sólo ha considerado probados seis.

La condena a diez años de prisión es relativamente benigna -el máximo legal para un caso como el suyo era de perpetuidad, con un mínimo de seguridad de 22 años sin posible reducción- gracias a que la acusación pública estimó durante el juicio encontrarse más "ante una infeliz totalmente desbordada por las circunstancias" que ante "una asesina en serie de jeringuilla venenosa". El fiscal consideró también como atenuante que jugaba a favor de Malèvre "la insuficiente formación" que la enfermera había recibido para trabajar "en un servicio en el que cada año mueren no menos de 80 personas".

Lo cierto es que Malèvre se contradijo en numerosas ocasiones a lo largo del proceso y perdió el control de sí misma en repetidas oportunidades. Sus supuestos actos de eutanasia aparecieron contaminados por la personalidad inestable de alguien que está fascinado por la muerte.

Algunos de los enfermos tenían aún por delante varios meses de vida y en condiciones en absoluto dramáticas. Para su defensor, la condena a Malèvre es hija "de la hipocresía de una sociedad que habla de cuidados paliativos o de acompañamiento de enfermos terminales" y no es capaz de mirar a los ojos a "la realidad de la eutanasia". Varios médicos admitieron ante el jurado "haber precipitado la muerte de enfermos incurables con una sobredosis de medicamentos".

Para el fiscal, y parece que también para los jurados, el "caso Malèvre no permite abrir el debate sobre la conveniencia o no de legalizar la eutanasia".

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